domingo, 16 de marzo de 2008


I think I used to have a purpose, but then again…

It might have been a dream.

Hola a todos. Hacía mucho tiempo que no me dedicaba a escribir pensando en uds. Mis amigos. Aquí estoy de nuevo, desnudando mi ego frente a ustedes y mostrándome completamente sincero.

¿Qué quiero compartirles el día de hoy? Como siempre, una parte de mí: mis verdades. He decidido que, a manera de auto análisis, voy a escribir mis reflexiones sobre mí mismo y sobre mi vida, realidad y circunstancias. Necesito saberlo, necesito saber en qué creo y recordarlo siempre.

Se que un ser humano cambia sus ideas a lo largo de su vida. Sí, es cierto. Pero en el fondo, el espíritu sigue siendo el mismo. Es sólo que siento que me encuentro en una etapa de mi vida en la que no puedo seguir avanzando más sin saber qué es en lo que creo. He cambiado tanto en poco tiempo. Muchas experiencias y muchas nuevas personas en mi vida me han ayudado a ser una nueva persona… ¿mejor o peor? No lo se y nunca me ha importado mucho, porque todo lo que hago va apuntado hacia mi propio entendimiento y hacia el de los demás.

- “Maestro ¿qué sería de mí si no me tuviera a mí mismo?”, pregunta el alumno, a lo que responde su sabio maestro: “Serías maestro”.

¿Sería maestro? Para mí, ser maestro equivale a saber vivir. Me parece sumamente cruel que el ser humano interpreta la realidad de sus circunstancias por medio de procesos inconcientes de los cuales no tiene control. Que para mí sea negro y para ti blanco no depende más que de lo que haya dentro de mí. ¿Entonces para vivir y ser “Maestro” tengo que hacer a un lado mi ego? ¿Cómo hacerlo si no primero sabiendo qué es este ego? Primero debo saber qué es lo que hay dentro de mí.

Luego, entonces, volvemos a la pregunta fundamental de toda mi vida: ¿quién soy?

He aquí mi primera verdad:

Soy este momento.

Soy este aquí y este ahora en plena conciencia.

Soy tiempo y soy espacio.

No hay nada más fuera de mí que la realidad de la que formo parte activamente.

Soy parte de la realidad y ésta no existe sin mí pues soy yo quien la codifica y la hace suya.

Soy realidad, soy pensamiento, soy emoción y soy verdad.

Soy un trozo indivisible de eternidad trabado en un presente intermitente.

Soy vida con conciencia de muerte.

Soy, soy, soy, soy y siempre soy nada más ni nada menos que el constante soy en perpetua evolución.

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