domingo, 10 de agosto de 2008

Me gustan las sorpresas. Si de antemano se sabe todo lo que uno va a hacer, ya no vale la pena hacerlo. Si un espectáculo está escrito todo, ¿para qué filmarlo? ¿Para qué sirve la cámara si viene después de la literatura? Cuando escribo un guión, también yo siento el deseo de ponerlo todo en el papel, pero no lo logro. No soy escritor. Hacer un film consiste en superponer tres operaciones: pensar, filmar y montar . No todo puede estar en el guión; o si todo está en él, si la gente ya ríe o llora leyéndolo, lo que hay que hacer es imprimirlo y venderlo en una librería.
El público, por su parte, no es ni tonto ni inteligente. Nadie sabe lo que es. A veces sorprende, pero en general decepciona. No se puede contar con él. En cierto modo, es feliz. En todo caso, cambia. El antiguo público medio del cine se ha convertido en público de la televisión. Y el público del cine se divide en el de los sábados y los domingos y el que busca otra cosa.

Jean Luc Godard.
Cineasta.

1 comentario:

Goma Rosa dijo...

muy de acuerdo
aunque lo que acabo de leer esta orientado al cine, se puede aplicar en varios aspectos..
¿que sentido tiene la vida si se planea todo?
el factor sorpresa es bieeen importante para eso de seguir depositando tu atención en tu día a día